sábado, 12 de julio de 2014

Usemos nuestra cultura en el arte




A
lgo que he notado al ver las exposiciones de artistas locales, como ¨Epic Art¨ o ¨Tinta Nakuy ¨ es el exceso de influencias que llegan a copias en las obras que presentan. Algunas obras terminan siendo un ¨a ver que tan parecido somos a los artistas japoneses de moda que a lo que soy yo¨
Está bien, cuando comenzamos a dar los primeros pasos en el mundo del arte, es casi una obligación caer en clichés o lugares comunes. Las influencias se dejan leer mucho más que de costumbre, e inclusive, muchas veces llegan a ser pequeñas sucesiones de plagio como dije.
En la historieta, esto se hace mucho más evidente. Los dibujos parecen fotocopias de algún artista o estilo de moda extranjero. Y en los guiones es muy típico encontrar protagonistas que tengan nombres como Kenishi Ikkaru o Blackrainbow, con sus kimonos, katanas, grandes mansiones y una gran lista de etcéteras. Una pena. Olvidamos algo muy importante: Nuestra cultura. 

El gran error que he visto repetirse mucho, es el de darle mayor importancia a esa cultura extranjera y a lo  ¨ exótico ¨ más que a la historia en sí, y a su vez, no deja desarrollarse mucho a los personajes, que casi siempre son híper-cool y no les cuesta demasiado cumplir su objetivo, en ese marco tan limitado y muchísimas veces se olvidan de lo fundamental: La historieta es un medio dinámico que sirve para divertir. Sufrir para sortear la adversidad.  ¡Encima la libertad que da el dibujo nos ahora millones tanto en efectos como en locaciones!
Muchos a esta altura seguro van a estar buscando tomates en la heladera para jugar a San Fermín conmigo. ¡Piensen un momento! Parece muy difícil hacer interesante una historia, o peor, dibujar algo con lo nuestro. De hecho, casi es una tortura. Hay muchísimos elementos para aprovechar, y sobre todo, el conocer el terreno sobre el que van a jugar. Lo que vivimos día a día en nuestra sociedad es una fuente inagotable de historias. Los noticieros siempre brindan algo que puede ser explotado. El caminar por las calles, ver como se mueve todo el mundo, los horarios pico, las horas de relax, también ayuda mucho.  Queramos o no, ese es nuestro hábitat, y ahí es donde está nuestra esencia. Es de ese entorno de donde va a salir lo que haga las obras únicas. Parece difícil, pero ustedes quieren ser buenos artistas ¿No? Así pensé. Quemen unas cuantas neuronas, porque se puede hacer interesante hasta el verdulero de la vuelta de casa.  Algo  que seguro habrán escuchado mucho, y lo resalta una autora ganadora del nobel, Nadine Gordimer ¨ Un artista refleja de una u otra manera su propio tiempo y entorno ¨
Los personajes van a tener mucho más de ustedes, y por ende, van a ser mucho más complejos y van a interactuar mejor con el entorno. El héroe va a cambiar radicalmente, pasando de ser un tipo que las tiene todas fáciles, a una persona de carne y hueso que va a tener que pelearla en serio. Siempre va a ir creciendo y superándose de acuerdo a lo que tenga que enfrentar. Sean enemigos, o el propio entorno hostil. Donde mejor podemos apreciar esto es en Dragon Ball y Saint Seiya. Latinos y nuestros, Juan Salvo (El Eternauta) Dago, Nippur de Lagash, Blacksad, Las chicas de Gullem March (Amé su obra Laura!)

Siempre va a haber un punto de inflexión que va a marcar un antes y un después, y los convertirá en héroes. Por ejemplo: Nuestro amigo el verdulero se ha metido como agente encubierto en la mafia local. La policía lo usa, y la mafia piensa en el como carne de cañón. Lo único que quiere es llegar hasta el cacilla de la gente que hizo caer a su hijo, que está a internado muy grave y redimirlo sin caer en la venganza. Difiere de: Ikkari kimota que busca venganza de Mattosai. Luchan una batalla épica con Katanas, y Mattosai muere al final ante los ojos de esa joven que ha vuelto a amar a Ikkari.   Mucho más interesante lo primero ¿No?
Un gran estudioso del cómic, Juan Sasturaín, dijo una vez ¨ Es increíble que en países donde vivieron aventureros, hoy no haya escritores de aventuras ¨

La aventura moderna, de la línea de Oesterheld, Robin Wood, o inclusive Carlos trillo, convierte a las personas comunes en héroes al someterlos a presiones externas enormes, o contra un entorno hostil que rompe su vida cotidiana. Es aquí donde se ve la astucia, la lucha que hace  crecer al personaje, y por supuesto, al autor. Esa ley de no hacer feliz al personaje hasta el final, siempre sirve. Los personajes que tienen todo en contra son siempre mucho más interesantes. Por algo Batman tiene más admiradores que Superman. O 
Kenzo Tenma vs Naruto.
A los dibujantes les toca bastante interesante también. Van a tener que sentarse a ver la gente, dibujar locaciones e investigar. Altuna retrató Buenos Aires en el loco Chavéz.

Solano López hizo un recorrido histórico con el primer Eternauta, Condorito nos da una imagen única de Chile, Mortadelo y Filemón con España, y en Fantomas retratan como nadie a México.
Es hora de darle eso único a sus obras.

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