Hay dinosaurios que no están hechos para volar. Gon no lo
sabe, mueve sus brazos con mucha energía en el intento. Le espera una gran
caída, pero no hay problemas. Es muy resistente. De hecho su fuerza y
resistencia son inversamente proporcionales a su estatura.
Como si se tratase de un anacronismo viviente, Gon, el pequeño dinosaurio
creado por Masashi Tanaka,
vive fuera de su tiempo. No le importa ser el único
de su especie, solamente piensa en
comer, dormir y pasarla bien haciendo travesuras, como un niño. Es un manga muy curioso. No hay ningún tipo de
dialogo, ni siquiera onomatopeyas. Los dibujos de Tanaka son tan expresivos y
detallados que no hacen falta. Su labor gráfica y narrativa exquisitas, nos
sumergen de lleno en esos entornos naturales, como si se tratase de un documental.
Por lo general, sus historias retratan la vida de los animales en su hábitat,
como viven y como sufren la llegada de los depredadores. Hay algo que le da esa
nota de color altera todo, Gon. Todo se centra en la forma en la que se
mimetiza a su manera con los animales y la manera en la que se enfrenta a los
depredadores, que Tanaka los presenta como villanos peligrosos que si lastiman
y matan a los amigos del dinosaurio. Entonces se convierte en un antihéroe, y
por lo general el remedio es peor que la solución. La manera en la que se
enfrenta a ellos es violenta, llena de acción y siempre divertida. En estas
secuencias los dibujos se lucen tanto, que entendemos porque el autor decidió
omitir las onomatopeyas. Si bien las historias siguen un esquema determinado,
siempre logra encontrar un elemento para que no dejen de ser divertidas. Esto
lleva a que leamos tomo tras tomo sin cansarnos. Gon es adictivo.
El pequeño tuvo su evolución. En las
primeras historias era un tanto agresivo y perfilaba para ser uno de
esos
protagonistas que son un dolor de cabeza a los que los queremos ahorcar.
Evolucionó, posiblemente desde la historia en la que usa a un león para cazar,
o en esa que les comenté al principio, en dónde intenta aprender a volar. A la
larga, termina convirtiéndose een un personaje más querible, incluso
tierno. La esencia de antihéroe no se
pierde en ningún momento. El carácter de Gon es lo que le da la magia a este
manga. Realmente nunca sabemos cómo va a actuar ni que salidas va a tener, por
eso es tan divertido.
Es raro encontrar obras que sean tan bien representados por su personaje, como
lo es Gon. Eso que vemos en la portada, es lo que encontramos en el manga, cosa que es genial. Son
historias simples, ilustradas con una maestría enorme, en las que Masashi
Tanaka siempre se las arregla para sacarnos algunas risas. El pequeño dinosaurio tiene mucha más actitud que muchos de los personajes de mangas actuales, desfilando frente suyo.
Ahora me dieron ganas de leerlo
ResponderEliminarSe lee rápido. Vas a pasar un buen rato y seguro te da algunas ideas para tratar gente hincha ;)
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