El género de las Magical girls se había estancado en historias que reciclaban una misma fórmula una y otra vez. Entre 1992 y 1995 Naoko Takeuchi encontró el giro necesario para redefinir el género con Sailor Moon, utilizando elementos de las series Super Seitan (Estilo Power Rangers) y sobre todo, mucho de situaciones cotidianas con humor light. En realidad las bases están en manga anterior de Takeuchi, Codename Sailor V. Cuando le ofrecieron adaptarla a anime, prefirió utilizarla a la protagonista como miembro de un equipo de Sailors Scouts, de esta manera añadía más personajes y una trama más sólida.
Sailor Moon es un manga divertido desde sus primeras páginas, comienza como un sitcom adolescente lleno de chistes, que sale de los arquetipos de la heroína gracias a su protagonista, Usagi Tsukino. Es despistada, mala alumna, gritona, llorona y le gustan los video juegos. La mayoría de las situaciones cómicas de este número se dan gracias a ella y a los secundarios de su entorno. Incluso cuando conoce a Luna, una gata con poderes que habla, lo hace de manera cómica. Ella es la que la elije como justiciera y la pone al tanto del peligro que corre la tierra si no encuentran a la princesa de la luna y el cristal de plata.
En esta primera etapa, Takeuchi nos muestra un poco de la vida cotidiana de las protagonistas, sin profundizar demasiado en la psicología, mientras va presentando capítulo a capítulo a las Sailor Scouts que se alían con Usagi, Sailor V en referencias y por supuesto a Tuxedo Mask. Estas chicas tienen personalidades muy definidas y por lo general tienen mucho más puestos los pies en la tierra que Usagi.
Estos episodios que siguen una misma fórmula, se deja entrever un poco de la trama central. Lo que le interesa a la autora es mostrarnos el universo de Usagi y sus amigas y la forma en la que ser guerreras va cambiando su vida cotidiana. A diferencia de la serie, las transformaciones y los poderes pasan en una viñeta. Esto hace que los combates sean más dinámicos y divertidos, pudiendo incluso hacer que interactúen más en las peleas. Las historias, divertidas y simples, tienen algo oscuro que se va desarrollando de a poco, y es lo que hace que sea algo más que una serie ligera.
El dibujo de Takeuchi choca un poco. Busca una línea clara y elegante con un efecto difuminado curioso. Sus rostros y cuerpos no son estilizados, cosa que se nota mucho en las poses forzadas y los movimientos toscos. Le cuesta expresarse en las secuencias de acción y muchas veces no sabemos del todo lo que está pasando. Los fondos son prácticamente inexistentes, salvo cuando presenta edificios o locaciones, siempre de líneas cuadradas y poco estilizadas. A veces utiliza texturas, efectos o tramas en vez de fondos, cosa que funciona bien. Otra cosa de la que carece es de profundidad, sus dibujos son planos a más no poder. De todas maneras, se nota una evolución al final del tomo, en donde se siente más cómoda y va mejorando mucho la dinámica.
En donde se luce, es en lo que llama la atención del manga, el vestuario con unos lindos movimientos de ropa y los accesorios de las Sailor Scouts. Tienen la magia de ser objetos cotidianos con un toque distintivo que llama muchísimo la atención y se traduce en Marketing asegurado. Es aquí donde está la magia del dibujo y es lo que hace que llame la atención de los lectores. La narrativa es muy dinámica, incluso dentro del terreno de los mangas. La historia fluye con muchísima naturalidad y sacando esos errores que les mencioné, hace que leer esta serie sea muy divertido.
Sailor Moon fue algo muy fresco y novedoso en su época. Sin embargo se necesita algo más que eso para que se haya convertido en hito. Es divertido, bien narrado y tiene personajes muy queribles. Desde el primer tomo se deja entrever una trama muy interesante, que espero tome peso más adelante.
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