Por la
forma en la que terminó el primer tomo de La Geste des chevaliers dragons, lo
lógico sería pensar que
Ellyn, la escudera se iniciaría como un caballero
dragón. Incluso que la serie se termine centrando en ella. Sin embargo, la
guionista Agne nos da un giro muy interesante para presentarnos a otras
protagonistas en este tomo. Las
aprendices de caballero Akanah y Ellenor son muy distintas a la estructurada
Aïda. Les gusta buscar peleas, emborracharse e ir en contra de lo que
representa la orden. Esto genera tensiones mucho más interesantes entre los
personajes, e interacciones mucho más ricas, sobre todo con la entrada del que
sería un interés amoroso, Jan, un sacerdote de otra orden. El problema está en
que el velo del dragón puede llegar a afectarlo, incluso con un talismán que en
teoría lo protege. Como en el primer tomo Agnes se tomó su tiempo para mostrar
la forma en la que los dragones alteraban todo a su alrededor por medio del
velo, aquí se centra del todo en una misión contra reloj. El velo avanza mucho
más rápido de lo que esperan y las caballeros que debían liquidarlo han muerto.
Entonces las aprendices con su maestra deben enfrentarlo, sabiendo que es
posible que no sobrevivan. A medida que se acercan, vemos que hay algo más allá
del poder del dragón, la naturaleza humana deja salir lo peor de sí misma para
protegerse e impacta bastante, al punto en el que los mismos personajes dudan
si vale la pena o no enfrentarse a estos seres.
La parte gráfica pasa a Philippe Briones, tiene un trazo mucho más estilizado y
no apunta tanto al lado
erótico y sensual. Le importa más generar una atmósfera
más oscura dentro del medio urbano medieval en el que se mueven los
protagonistas. No tiene el preciosismo visual que encontrábamos en el primer
tomo a la hora de construir paisajes, pero logra que los cambios del velo sean mucho
más impactantes y ricos. Incluso nos damos con el progreso en cuanto a cambios
que sufren los personajes frente al velo, ya no son daemonites de Jim Lee. Aquí
se nota que algo alteró su naturaleza y los vuelve realmente peligrosos. Otro
gran cambio está en el dragón, deja de ser un reptil enorme para tomar su
propia naturaleza y dejar en claro su poderío a nivel visual.
Es una lástima que no se haya editado
más que un tomo de La Geste des chevaliers dragons en español. El segundo tomo
representa una subida en calidad tanto argumental como gráfica. Comienzan a
aparecer cuestionamientos frente a la orden y lo que representa la lucha contra
los dragones, que enriquecen mucho a la serie.
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